La alimentación de un gato pueden variar a lo largo de su vida, dependiendo de la edad, su actividad física, estilo de vida, etcétera. Todas estas variantes pueden hacer que tengas que cambiar la dieta de tu gato. Y no, no es algo que se pueda hacer de un día para otro. 

Si tu minino está acostumbrado a una alimentación determinada, un cambio drástico en la misma puede causar algún que otro problema, como intolerancias, indigestión o diarrea. Por eso es mejor seguir algunas pautas e, incluso, consultar con el veterinario si es necesario.

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Cómo introducir la nueva alimentación a su rutina

Para evitar los posibles inconvenientes, lo ideal es introducir poco a poco la nueva alimentación a su rutina; para que así su organismo empiece a producir enzimas que faciliten la digestión de los nuevos nutrientes.

Lo aconsejable es comenzar mezclando los nuevos alimentos con los anteriores; e ir cambiando, paulatinamente, las cantidades hasta finalizar con la dieta a la que se quiere cambiar.

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3 pasos para la transición de tu gato a un nuevo alimento

Los gatos deben hacer una transición gradual al nuevo alimento para evitar malestar estomacal. Sigue estos tres consejos para ayudar a asegurar el éxito.

1. Determina la cantidad correcta por porción

Asegúrate de no sobrealimentar a tu gato y de que las porciones que reciba sean adecuadas para su peso y sus necesidades de salud. Una buena forma de empezar es consultando la guía de alimentación en el envase de comida de tu gato, pero tu veterinario tendrá la mejor recomendación.

2. Sigue este programa de transición de 7 días

Durante una semana, disminuye gradualmente la cantidad de comida actual de tu mascota mientras aumentas la cantidad de comida nueva. Para los gatos quisquillosos, el tiempo de transición podría tomar 10 días o un poco más.

  • 3 primeros días: 2/3 de la comida habitual y 1/3 de la nueva. 
  • 3 días siguientes: 1/3 de la comida habitual y 2/3 de comida la nueva.  
  • Últimos días: pasar a la nueva dieta completamente. 

Este proceso hay que repetirlo con cada cambio de dieta, incluso si, por ejemplo, pasamos de pienso a dieta húmeda, aunque el animal ya haya comido este tipo de alimento en el pasado. 

Para facilitar este proceso, pueden usarse suplementos alimenticios probióticos; administrados antes, durante y después del cambio de alimento, que ayudarán a que la transición se haga sin complicaciones.

3. Agrega un poco de comida húmeda si es necesario

Los gatos pueden desconfiar de los cambios, especialmente de los alimentos nuevos. Un poco de comida enlatada puede ser de gran ayuda para que prueben un nuevo alimento. Si agregas alimento húmedo, ten en cuenta esas calorías para no sobrealimentar y asegúrate de consultar con tu veterinario sobre la cantidad adecuada.

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