Cuando adoptas un animal tienes que firmar un escrito que es vinculante, un contrato de adopción que supone un pacto entre dos personas que determina las reglas en las que se basa la adopción. Este acuerdo legal puede producirse entre una persona física (adoptante) y una protectora de animales, o bien entre dos personas físicas cuando una de ellas adopta el animal que proporciona la otra. Cada una de las partes se queda con una copia firmada de este documento que justifica la propiedad del animal y la responsabilidad del nuevo dueño. La rúbrica debe estar estampada en todas las páginas para que el acuerdo tenga validez jurídica.

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¿Qué regula el contrato de adopción?

Como hemos apuntado, se trata de un acuerdo legal entre dos partes sobre el proceso de adopción que no solo recoge cuestiones relacionadas con la entrega en sí, sino que también establece las obligaciones que el nuevo dueño del animal tiene.

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Al igual que cualquier contrato, está compuesto por cláusulas donde se refleja cómo ha sido el pacto alcanzado entre las partes para hacer realidad el proceso, es decir:

  • Cuándo y dónde se hace la entrega
  • Qué importe debe pagar el adoptante por la adopción
  • Situación en la que se encuentra el animal
  • Enfermedades que tiene o que ha tenido (resultados de los análisis practicados y qué veterinario le ha atendido hasta la fecha)
  • Tratamientos a los que ha sido sometido (esterilización, vacunación, desparasitación)

Y, por supuesto, su estado de salud en el momento de la entrega. En la mayoría de los casos, se suele adjuntar la cartilla de vacunación convenientemente sellada, así como el informe realizado por el veterinario.

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Normas y obligaciones del nuevo dueño

Hasta ahí, todo normal. Pero el documento también recoge toda una serie de normas y obligaciones que tiene el dueño y que están encaminadas al bienestar del animal, son las siguientes:

  • Cómo cuidar correctamente del animal
  • No maltratarlo ni explotarlo para fines que no sean la compañía
  • No desatenderlo, no abandonarlo ni cederlo a terceros
  • Aceptar el seguimiento que realiza la entidad protectora que ha ofrecido la adopción
  • Avisar si se han producido cambios que afectan al contrato (cambios de domicilio, por ejemplo)
  • Acceder a la entrega del animal al refugio si el nuevo dueño no puede hacerse cargo de él

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De este modo, el contrato de adopción es el acuerdo que recoge las obligaciones del nuevo dueño para con el animal. Así, en caso de que el adoptante incumpla algunas de las partes del contrato, la otra parte tendrá la potestad legal de reclamarlo.

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Esperamos que este artículo sobre: ¿Qué es y para qué sirve el contrato de adopción de un animal?, te haya gustado.

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