Un gato puede ser la compañía idónea. Este tipo de mascotas pueden ser totalmente caseras, no requieren tantos cuidados como otros animales y además tienen un gran carácter, que les ayuda a estrechar su relación con los humanos. Pero algunas personas evitan tener un gato en casa si sufren de alergia.

Estornudos, mucosidad, ojos irritados, lagrimeo o llorosos… la llegada de un gato a casa puede tener una respuesta inesperada. Antes de hacerse con uno, debe comprobar si eres alérgico. En algunos casos, las personas ni siquiera saben que son alérgicas hasta que el gato llega a casa. Las reacciones alérgicas, en forma de estornudos, mucosidad y ojos irritados, pueden aparecer de repente. Y, según un estudio de la Universidad Politécnica de Valencia, entre el 15 y el 30% de las personas que sufren alergia regularmente también presentan estos síntomas con los gatos.

No obstante, es posible convivir con un gato a pesar de que seas alérgico. Solo debes seguir una serie de consejos para que la presencia de un felino en la vivienda no sea un problema para las personas alérgicas.

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Consejos para la convivencia cuando hay alergia

1. Limpieza en casa

Esto no es una sorpresa para nadie que tenga alergia habitual al polen o al polvo: la limpieza de la casa es fundamental, también cuando hablamos de alergia a los gatos. Es muy importante abrir las ventanas todos los días, limpiar el polvo y el suelo, y cepillar o aspirar alfombras y sofás para deshacernos del pelo de gato.

2. Higiene en la bandeja de arena

Mantener adecuadamente la bandeja de arena también es fundamental, ya que los alérgenos de la saliva, el pelo y la caspa que causan la alergia también podrían encontrarse en la orina del gato. Por ello, una de las mejores opciones es emplear arenas aglomerantes, que según explican desde Sanicat, tienen una ventaja principal: puesto que el mineral forma una bola al entrar en contacto con el líquido, es más fácil deshacerse diariamente de los restos.

3. Lavarse las manos con frecuencia

Es importante intentar no tocarse la cara cuando se juega con el gato o al acariciarlo; y lavarse las manos inmediatamente después. Las reacciones alérgicas más comunes como rinitis o enrojecimiento de piel pueden aparecer de forma inmediata e incluso en las 12 horas siguientes, por lo que actuar con rapidez es clave para la prevención.

4. Cepillado

Los cepillados del gato también son importantes para eliminar la caspa que causa la alergia, en especial, durante las mudas de pelo, como la que ocurre ahora en primavera. Este aseo del peludo amigo debería realizarlo una persona que no sea alérgica, por lo que la colaboración en el hogar es también fundamental.

En el caso de que, aún aplicando estos consejos, las reacciones alérgicas sigan siendo persistentes, es muy importante la responsabilidad con el animal. El abandono nunca ha de ser una opción. Nuestra recomendación es buscarle un nuevo hogar donde le cuiden como se merecen.

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