Para que tu pequeño tenga la vida que se merece, es importante que le brindes todos los cuidados que necesita. Eso incluye las vacunas que fortalecerán sus defensas y lo mantendrán resistente a diferentes enfermedades.
Hay varios modos para llevar a cabo la desparasitación de un gato mascota, tanto en lo que se refiere a su interior, como al exterior de su cuerpo. Y aun cuando un gato habite en el interior de una casa y en muy raras ocasiones salga, también corre el riesgo de verse afectado por los parásitos, puesto que las propias personas que lo cuidan pueden transportar a esos parásitos o pueden llegar a ellos desde otros animales.
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Con el ritmo de vida frenético que llevamos en muchas ocasiones se hace complicado compartir la vida con un perro, que requiere de compañía y paseos diarios y que dificulta tanto el encontrar viviendas de alquiler como programar las vacaciones.
Por esta razón, cada vez son más los amantes de los gatos, que han pasado a convertirse en un miembro más de la familia gracias a su elegancia, belleza y dulzura.
Esto ha provocado que suceda lo que hasta hace unos años era impensable, que los gatos visiten de forma periódica al veterinario. Antes solo lo hacían cuando estaban enfermos y ahora también acuden con sus propietarios para prevenir el contagio de enfermedades.
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Como sucede en el caso de los perros, los gatos también se vacunan y desparasitan en función de sus hábitos de vida y es el veterinario quien debe establecer el plan sanitario y los cuidados básicos para cada animal.
Actualmente, hay disponibles en el mercado diversas vacunas para gatos. Algunas tienen un uso compartido con otras especies, normalmente perros, y otras son específicas para prevenir patologías que tan sólo afectan a los gatos.
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Al nacer, tu gatito recibe sus primeras defensas de su madre a través del calostro. Luego del destete, que ocurre aproximadamente a los dos meses de edad, es necesario reforzar sus defensas con las siguientes vacunas:
A los dos meses de edad se inicia su vacunación con la administración de la vacuna triple felina que lo protegerá ante la panleucopenia, el calicivirus y la rinotraqueitis. Luego de 21 días se coloca un refuerzo de su vacuna triple y la vacuna que protege de la rabia.
Seis meses después se colocará un nuevo refuerzo de la vacuna triple felina más la rabia. Así quedará completo su plan vacunal.
Cada año es necesario que tu gato reciba las vacunas: triple felina y antirrábica.
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La vacuna más utilizada es la trivalente felina. Se trata de una vacuna que protege frente a tres virus: herpesvirus, calicivirus y parvovirus. Los dos primeros provocan enfermedades respiratorias y bucales, principalmente, mientras que el tercero es responsable de la temida panleucopenia.
El otro pilar de la veterinaria preventiva son las desparasitaciones. Podemos dividirlas en dos grupos: desparasitación interna frente a los parásitos intestinales y desparasitación externa para prevenir infestaciones de pulgas y garrapatas, principalmente.
De forma rutinaria, la desparasitación interna se realiza cada tres meses, aunque puede hacerse con más frecuencia en aquellos hogares donde conviven niños pequeños, personas inmunodeprimidas o enfermos crónicos.
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Aunque externamente no apreciemos ninguna alteración, es importante seguir el protocolo marcado por el veterinario, ya que los gatos son curiosos por naturaleza y aunque no salgan de casa sienten gran atracción por los olores extraños y no es raro verles olisqueando o lamiendo zapatos y otros objetos que han tocado la calle.
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La desparasitación interna se realiza normalmente con pastillas, aunque desde hace unos años disponemos también de pipetas específicas que cubren gran parte de los gusanos que parasitan el intestino de los gatos.
Finalmente, la desparasitación externa se realiza mediante collares o pipetas adecuadas al peso del gato y cumplen la función de eliminar y prevenir el contagio con parásitos externos.
Esta desparasitación es imprescindible en felinos con acceso al exterior (patios, jardines o calle), ya que evitará que lleguen a casa pulgas o garrapatas que pueden llegar a suponer un riesgo para la salud de animales y dueños.
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